Quizás recuerden que la aldea de Sisbilhá, Guatemala, tiene que caminar más de un kilómetro para conseguir agua hasta un hoyo en la tierra por donde corre el agua de la montaña. Observen lo exuberantes que son las verduras en la Escuela Sisbilhá, gracias al riego que realizan los alumnos. Es asombroso ver cómo se desarrolla la yuxtaposición de necesidad y dedicación.
