
Sembrando Oportunidades ha sido testigo de avances sorprendentes en la remota aldea indígena de Sisbilhá, en el Altiplano del Este de Guatemala.
Los proyectos, en su mayoría liderados por mujeres, se están desarrollando a un ritmo rápido, gracias a la dedicación del equipo de Sembrando Oportunidades en la tierra en la región y a los esfuerzos incansables y motivados de los participantes.
Realmente participan en una “entrenamiento del trabajo”, donde practican lo que han aprendido y reciben instrucción y evaluación del ingeniero agrónomo experto y apoyo de la trabajadora social y el gerente del proyecto.


Incluso trabajan hasta altas horas de la noche.

Las mujeres trabajan mientras cuidan a sus hijos pequeños.
Debido al suelo rocoso, además de los invernaderos, cultivan maíz en bolsas de plástico negras, protegiendo las semillas de los picos hambrientos de las gallinas.


Su hijo José Domingo tiene 16 años, y los demás son mayores de edad.
Se les enseña cómo sanitizar y desinfectar el suelo, con qué frecuencia usar fertilizantes e insecticidas, a qué profundidad y a qué distancia plantar cada tipo de vegetal y con qué frecuencia regar sus cultivos, con un sistema diseñado incluso para aquellos que no saben leer o escribir. Puedes ver el orgullo en sus rostros y la nueva esperanza que están abrazando.


A pesar de una vida difícil, ahora puede alimentar a su familia con los cultivos que ella cultiva.
Es gracias a amigos solidarios como tú que todo esto es posible, en un área en la que ninguna organización gubernamental o no gubernamental ha proporcionado recursos.
Gracias por hacer posible “lo imposible” y por contribuir verdaderamente a reparar este mundo por medio de tu corazón, especialmente en el día del amor y de la amistad.